TRATAMIENTO HOMEOPÁTICO PARA
LA DEPRESIÓN

El psicólogo que toma en consideración la utilización de la homeopatía en el tratamiento de los pacientes con depresión no debe descuidar la correspondiente valoración y el tratamiento de los pacientes por parte de los otros profesionales competentes. Esto quiere decir que de ninguna manera el psicólogo debe actuar solo y que, por lo menos, debe contar con el apoyo de un psiquiatra, quien instaurará el manejo farmacológico que considere conveniente. Sin embargo, parece existir evidencia de que el tratamiento homeopático puede aportar un valor agregado a la intervención que realice el psiquiatra. Así, el tratamiento homeopático puede utilizarse en conjunción con los tratamientos psiquiátricos convencionales (y puede ser administrado por el psicólogo, de acuerdo con la normatividad colombiana; véase más adelante) o puede utilizarse en ausencia de esos otros agentes farmacológicos si se ha evaluado la relación riesgo-beneficio y los riesgos detectados se han minimizado.

Jonatham Davidson y Rebecca T. Davidson son dos investigadores en el Departamento de Psiquiatría y Ciencias de la Conducta del Centro Médico de la Universidad de Duke. Junto con otros colegas realizaron una investigación cuyos resultados fueron publicados en 1997. Este trabajo fue llevado a cabo con 12 pacientes con diagnósticos de depresión mayor, fobia social o trastorno de pánico y los resultados sugieren que el tratamiento homeopático puede ser utilizado exitosamente en pacientes con ansiedad o depresión, ya sea en conjunción con otras intervenciones o como intervención única. Este estudio corresponde a una investigación preexperimental al no contar con un grupo control, de modo que en los resultados no es posible discriminar si la mejoría se debió al medicamento homeopático o al efecto placebo. Sin embargo, el hecho de que más del 50% de los pacientes evidenciaron una mejoría en su condición indica que, con efecto terapéutico real de los medicamentos homeopáticos o con efecto placebo, es justificable atender a la terapéutica homeopática.

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El homeópata Dana Ullman (1990) relata que Jack Cooper, en su trabajo como jefe de psiquiatría de la cárcel del condado de Westchester, en Nueva York, observó el efecto favorable de los medicamentos homeopáticos en los presos, reduciendo a cero el número de suicidios durante el periodo en que se utilizaron estos medicamentos. Esta es una observación no sistemática y de ninguna manera puede considerarse concluyente en este tema, pero puede sugerir la existencia de ventajas en el uso del tratamiento homeopático.


Macías Cortés y su equipo demostraron que la efectividad del tratamiento homeopático individualizado es equiparable a la obtenida en el tratamiento con Fluoxetina (Prozac) en la depresión de mujeres en la etapa de la postmenopausia (Macías-Cortés, 2015). Este estudio resulta sugerente, más si se tiene en cuenta que el tratamiento homeopático carace de efectos secundarios, frente a los efectos adversos que pueden encontrarse en el tratamiento farmacológico.

Resulta interesante la postura del psiquiatra y homeópata Fernando Rísquez, para quien el valor de la homeopatía se evidencia cuando es parte de un esquema más amplio de intervenciones que contemplen inexcusablemente la psicoterapia, y farmacoterapia para los casos que lo requieran. Dice Rísquez que “La homeopatía ayuda a que el médico haga buena psicoterapia, pero la homeopatía solo no cura ninguna enfermedad mental” (1995, p. 184). Esta postura no es compartida por otros autores.

Lo cierto es que el homeópata jamás debe obrar solo y no debe abocarse a emplear solo homeopatía en el tratamiento de la depresión, especialmente cuando existe ideación suicida. Así como es necesaria la terapia psicológica, también es necesario vigilar la conveniencia de un apoyo farmacológico concomitante, cuando se opta por ayudar al paciente con homeopatía. Un caso inquietante lo presenta el famoso homeópata Bernardo Vijnovsky, considerado una autoridad a nivel mundial, quien trató un caso de depresión con ideación suicida, empleando el medicamento homeopático Aurum. De acuerdo con Vijnovsky, el paciente se suicidó poco después de ser medicado con Aurum, y él como médico quedó con "una sensación de no haber hecho lo que debía" (Piñeros, 1987, p. 147). Es probable que un manejo equilibrado de homeopatía, psicoterapia y medicina convencional hubiera tenido un desenlace menos desfavorable.

El psicólogo que conduce la psicoterapia de los pacientes diagnosticados con depresión puede utilizar los recursos homeopáticos si ha pasado por un entrenamiento adecuado. La normatividad colombiana, en particular la Ley 1164 de 2007, indica que, además de los médicos, otros profesionales de la salud (entre los que están incluidos los psicólogos) pueden aplicar la homeopatía en el ámbito exclusivo de su profesión, siempre y cuando acrediten formación específica en una institución de educación superior. Estos requisitos fueron planteados también en forma análoga en la Resolución 02927 de 1998 del Ministerio de Salud (Mardon, 2008).

Son numerosísimos los medicamentos homeopáticos que podrían utilizarse en el tratamiento de la depresión. En cada caso, es necesario que el homeópata haga una adecuada toma del caso, para determinar cuál es el medicamento (¡sólo uno!) que cubre las características destacadas del paciente y que puede llevar a la curación. Por ejemplo, los principales medicamentos recomendados por Souter (1996) en el tratamiento de lo que llama “depresión letárgica” son Calcárea Carbónica, China officinalis, Graphites, Kalium Phosphoricum, Sepia, Sulphur, y Veratrum Album.

El medicamento se selecciona según las características particulares del individuo (porque en la homeopatía se considera que no hay enfermedades sino enfermos). Así, por ejemplo el medicamento Sulphur corresponde a individuos impresionables, ansiosos, de mal humor, susceptibles, con dificultad de memoria, confundidos, egoístas, con tendencia a especulaciones mentales, orgullosos, con idea exagerada de su propio valer, descuidados con su apariencia física (Lathoud, 1975). Los compendios de materia médica homeopática presentan cientos (¡incluso miles!) de medicamentos homeopáticos con sus correspondientes características, y es trabajo del homeópata seleccionar el medicamento más indicado. Esa multiplicidad de medicamentos hace que la tarea del homeópata sea dispendiosa, pero se agiliza en la medida en que éste tenga un concepto claro y definido de los principales medicamentos, y se ayude con la consulta de un Repertorio, el cual es un libro que reúne un gran número de síntomas con los correspondientes remedios que los cubren. De esa manera, aunque autores como Souter indican los medicamentos más utilizados en cuadros depresivos con determinadas características, en realidad el homeópata debe tener en cuenta que es probable que el medicamento requerido por su paciente sea uno diferente a los más comúnmente utilizados en ese cuadro. La homeopatía exige por eso mucho estudio y análisis entre las diferentes alternativas de medicamentos homeopáticos. El medicamento seleccionado debe administrarse en dosis única y esperar evolución, de acuerdo con el enfque clásico unicista. Como apoyo se sugiere dar un placebo, para ser tomado por el paciente a diario y evitar que recurra a otros medicamentos, pues para él puede ser extraño o poco creíble que una sola dosis tenga efecto terapéutico (Paschero, 1983).


El uso del placebo, llamado por los homeópatas clásicos "el segundo mejor remedio" puede ser cuestionable por las personas que consideran que el paciente debe saber qué está tomando. Una alternativa es que la intervención homeopática se acompañe de la terapéutica floral de Bach, como lo sugiere Rojas (1994). Indica Rojas que la homeopatía y la terapéutica floral corresponden a diferentes niveles y que su uso combinado puede potenciar los efectos de ambas. En ese caso, en vez del placebo luego de administrar el medicamento homeopático podría prescribirse al paciente una o varias esencias florales a ser tomadas en cuatro dosis diarias. Algunas de las esencias más utilizadas en estos casos son la Genciana y la Mostaza, dependiendo de las características de la depresión. Este abordaje combiado, desde luego, no es bien visto por los homeópatas netamente ortodoxos, pero la recuperación del paciente es el objetivo que siempre debe perseguirse, aún a costa de ir más allá de rígidos patrones teóricos.

En este corto escrito se ha hecho mención al abordaje de la depresión con base en medicamentos homeopáticos, dejando claro que el homeópata debe ir más allá del abordaje simplista de solo analizar los medicamentos usualmente utilizados, y adentrarse en las particularidades del paciente. Si usted es psicoterapeuta y va a utilizar la homeopatía, es necesario que seleccione el medicamento apropiado para su paciente (entre los miles de medicamentos posibles) con ayuda de un Repertorio y de textos de materia médica homeopática. Es una tarea que exige paciencia, cuidado y un conocimiento profundo de la materia médica. Tambén puede acompañar este abordaje con la terapéutica floral de Bach, enfoque que defiende el médico colombiano Santiago Rojas.
Autor: César Augusto Ramírez Romero. Psicólogo Universidad Nacional de Colombia. 

BIBLIOGRAFÍA

Davidson JR ,  Morrison RM ,  Shore J ,  Davidson RT ,  Bedayn G   (1997) Homeopathic Treatment of depression and anxiety. Alternative Therapies in Health and Medicine [01 Jan 1997, 3(1):46-49]

Lathoud, J. (1975). Materia médica homeopática. Buenos Aires: Albatros.

Macías-Cortés ED et al. (2015). Individualized homeopathic treatment and fluoxetine for moderate to severe depression in peri- and postmenopausal women (HOMDEP-MENOP study): a randomized, double-dummy, double-blind, placebo-controlled trial. PLoS One, 2015 ;10(3)

Mardon, J. (2008). Homeopatía. Bogotá: Panamericana.

Paschero, P. (1983). Homeopatía. Buenos Aires: Ateneo.

Piñeros, J. (1987). Casuística clínica homeopática. Bogotá: Escuela de Medicina Juan N. Corpas.

Rísquez, F. (1995). Psiquiatría y homeopatía. Nueva Delhi: B. Jain Publishers.

Rojas, S. (1994). Esencias florales: un camino. Bogotá: Siu Tutuava.

Souter, K. (1996). Homeopatía para los trastornos emocionales. Madrid: EDAF.

Ullman, D. (1990). La homeopatía: medicina del siglo XXI. Barcelona: Martínez Roca.

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